La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune y crónica que afecta la médula espinal y el cerebro, especialmente a la vaina desmielinizante. Se trata de una dolencia que presenta un cuadro clínico variable, y que en casos extremos puede ser completamente discapacitante. Este artículo proporciona la información necesaria para conocer los síntomas de la esclerosis múltiple. También será de gran ayuda para clasificar los tipos de diagnóstico y el tratamiento a seguir.
¿Qué es la Esclerosis Múltiple?
La esclerosis múltiple es una enfermedad que ataca las células nerviosas y afecta concretamente a la producción de mielina. Esto hace que las neuronas pierdan la capacidad de producir impulsos nerviosos, ocasionando fatiga y fallos en la visión.
Por lo general, se manifiesta de numerosas formas, lo que hace que el caso de cada paciente sea completamente diferente. El rango de edad en el cual suele manifestarse es entre los 20 años hasta los 40 y está presente con mayor frecuencia en las mujeres que en los hombres.
Existen muchas referencias históricas que mencionan de forma indirecta este padecimiento. Una de las mejor documentadas pertenece al patólogo Robert Hooper, uno de los primeros en realizar una descripción detallada. No obstante, el término “esclerosis” se atribuye al neurólogo francés Jean-Martin Charcot.
Con frecuencia, los primeros síntomas motores, como la debilidad generalizada y la pérdida total de fuerza también van acompañados de pérdida de visión, dolores asociados a la neuritis crónica y, en algunos casos, vértigo. Clínicamente se le considera una enfermedad autoinmune, ya que el propio cuerpo de quien la padece se ataca a sí mismo. Sin embargo, aún no existe una causa capaz de explicar el origen del padecimiento.
¿Cuáles son las causas de la Esclerosis Múltiple?
La principal causa de la esclerosis múltiple es el daño ocasionado a la mielina que recubre las neuronas. En la enfermedad, el sistema inmune ataca al sistema nervioso, lo que a su vez ocasiona una serie de lesiones en los nervios. Este proceso contribuye a la desmielinización y como resultado, los impulsos eléctricos se vuelven más débiles a medida que la enfermedad progresa. De igual forma, también se producen daños en los axones de la célula.
Aunque no existe consenso médico acerca de los factores que ocasionan la aparición de la enfermedad, diversos estudios señalan que la deficiencia de vitamina D y ciertas infecciones, como la asociada al virus de Epstein-Barr pueden estar vinculados. Por otra parte, los marcadores genéticos y los factores hereditarios también desempeñan un papel importante. Las personas que cuentan con antecedentes familiares de esclerosis múltiple tienen el doble de posibilidades de padecerla.
Además, se ha comprobado que las personas de raza blanca que viven en climas templados son más proclives a desarrollarla. Como dato curioso, las personas afrodescendientes y asiáticas corren un riesgo mucho más bajo de padecer la enfermedad. Otros factores desencadenantes pueden ser las infecciones virales, así como diversos desequilibrios en la flora intestinal. Los cambios de temperatura, los baños de agua caliente y el exceso de ejercicio físico también pueden desencadenar un brote.
¿Cuáles son los síntomas de la Esclerósis Múltiple?
Existen diversos síntomas que permiten diferenciar la esclerosis múltiple de otras patologías. Los más comunes son aquellos relacionados con la fuerza física, mientras que las alteraciones conductuales más frecuentes son la depresión y la ansiedad, asociadas al diagnóstico de la enfermedad.
Generalmente las personas que padecen esclerosis múltiple sufren ataques esporádicos, los cuales también se conocen como “brotes”. Estos episodios consisten en una exacerbación de diversos síntomas. Algunos de los más comunes son:
- Debilidad muscular.
- Pérdida del equilibrio.
- Incontinencia urinaria e incapacidad para retener esfínteres.
- Problemas para caminar.
- Dolor muscular.
- Disfunción eréctil o vaginismo.
- Dificultad para deglutir o hablar.
Además, los pacientes afectados por la esclerosis pueden sufrir temblores o fatiga, así como dolor generalizado. De igual forma, es importante tener en cuenta el tiempo que transcurre entre cada nuevo brote, ya que debe existir al menos un mes entre cada episodio para que se considere una recaída.
¿Cómo se diagnostica?
Para diagnosticar a una persona con esclerosis múltiple el médico debe solicitar una serie de exámenes, entre ellos una resonancia magnética y una exploración física completa. También pueden efectuarse exámenes de sangre.
La finalidad de realizar una resonancia es que se trata de la manera más efectiva para detectar las posibles áreas que han sido afectadas por la pérdida de mielina.
En algunos casos puede necesitarse una punción lumbar o diversas pruebas de respuesta a estímulos sensoriales, como luces. El objetivo de estos exámenes es medir la capacidad de respuesta sináptica, ya que en una persona con esclerosis esta será mucho más lenta que en una persona común.
Además, es posible distinguir entre cuatro patrones distintos:
- Remitente-recurrente, donde se alternan los brotes con los periodos de remisión.
- Recurrente-progresivo, donde la enfermedad avanza de forma gradual, aunque en la progresión también existen brotes.
- Progresivo-primario, cuando la esclerosis avanza sin remisión. No obstante, también suelen haber periodos de estancamiento.
- Progresivo-secundario, aquí se combina el patrón de remitencia-recurrencia con avances graduales.
El principal reto que presenta la esclerosis múltiple es que los síntomas son difíciles de diferenciar de otras patologías. Por ejemplo, un análisis sanguíneo puede ser de gran ayuda al descartar enfermedades como el lupus, la sífilis e incluso la paraparesis espástica.
Tratamientos
La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica que requiere cuidados constantes. El tratamiento incluye diversos fármacos, como los corticoesteroides, que trabajan como inhibidores del sistema inmunitario.
De igual forma, algunas inyecciones, como las de acetato de glatirámero e interferón beta retrasan el avance de los síntomas. En situaciones puntuales el médico también puede indicar la plasmaféresis y trasplante de células madre cuando se trata de casos más agudos.
En caso de que necesite una opinión profesional, recurra a su especialista de confianza.
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